Hace un par de años conocí la meditación "Vipassana". El significado de la palabra vipassana es en este caso visión atenta.
Meditando con esta disciplina, me he dado cuenta fundamentalmente de dos cosas:
La no exigencia como nueva y revolucionaria clave para mi vida y
De que todo está presente, tan solo tengo que reconocerlo.
La visión atenta es la clave para ambos insights.
En estos últimos años he ido tomando consciencia de la tensión que me produzco a mi misma y a los que viven conmigo, por plantearme la vida desde la exigencia.
Es harto complicado cambiar un hábito y más algo tan arraigado e inconsciente como es este.
Mi vida, desde el momento en que nací, está marcada por la exigencia, la competición. Soy la quinta de seis hermanos. Para ser vista, estaba convencida que tenía que hacer, hacer, hacer, tenía que competir y sobre todo tenía que ¡¡ganar!!
La exigencia no surge como algo natural, sino como algo aprendido, algo que hemos mamado.
Lo tenemos tan arraigado en nuestra forma de entender la vida, que atreverse a ponerlo en duda es del todo revolucionario y como resultado en un principio “descontrolante o disruptivo”.
Tanto es así, que hoy que me he levantado muy pronto y muy llena de energía, me he puesto a hacer trabajo que tenía pendiente, simplemente desde el puro placer de tener las cosas que me he propuesto hechas para que mi cabeza y mi día estén limpios de preocupaciones y tranquilos.
Cuando me he querido dar cuenta, se habían pasado veinte minutos de la hora en que normalmente se levanta mi hijo mayor … y mientras desayunaba tranquilamente, le metí una charla que desde luego ¡nada tenía que ver con la no exigencia!
Me di cuenta que como en cualquier aprendizaje, me tenía que tener mucha paciencia pues el relacionarnos desde la no exigencia tiene su proceso y parece que va a ser muy largo.
Unas veces consigo el propósito, sobre todo cuando pongo consciencia y otras lo que consigo, es todo lo contrario. Esta mañana, en la charla a mi hijo, me saltaron mis hábitos inconscientes y lo bueno es que ahora rápidamente noto como el cuerpo se tensa, mis formas y mis palabras también y esto me hace pararme, pedir perdón por las formas. Lo que consigo es darme y dar un respiro.
¿Que me ayuda a estar en la no exigencia?
Intención.- Tener claro que quiero relacionarme, tanto conmigo misma como con los demás, desde la no exigencia. Quiero cambiar la exigencia por el amor.
Atención.- Poner atención, estar presente, y darme cuenta de los mensajes que me envía mi cuerpo lo antes posible para hacer el cambio o parar.
Levantarme.- Las muchísimas veces que me saltan los antiguos hábitos, tan solo volver a tomar consciencia y renovar nuevamente la intención de relacionarme desde la no exigencia y si desde el amor.
En este proceso se va adquiriendo una disciplina, que no tiene que venir de la exigencia, sino de la sabiduría que surge de la toma de conciencia que del repetir algo me lleva al resultado deseado, y esto me abre a tener una vida llena de satisfacción, bienestar y amor.
Te animo a que hagas experimentos contigo mismo que te lleven a tener una vida más plena y llena de amor.
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